Las Dríades son las hadas del bosque. En griego "dríade" significa “espíritu de los árboles”.
Desde que nacen, las Dríades establecen un lazo inseparable con un árbol particular. Según la mitología celta, casi siempre se trata de robles.
Aunque no son inmortales, al igual que las Ninfas, estos seres pueden disfrutar de una vida sumamente longeva. Sin embargo, cuando el árbol elegido muere, ellas están condenadas a compartir su mismo destino.
Es por esta razón que estas deidades infligen un duro castigo a los humanos que destruyen los bosques sin antes ofrecer una dádiva a las hadas.
Como toda hada, tienen aspecto humanoide, femenino y bello. De mirada cautivadora e inquietante sonrisa. Tal vez por vanidad, gustan de adornar su larga melena con hojas o flores y bailar al son del canto de los pájaros. Son seres solitarios, no más de un par de veces al año suelen reunirse con sus congéneres las Ninfas, las Sílfides, las Namias, las Sirenas... y aún menos se juntan con los Duendes y los Elfos; pero cuando los humanos irrumpen en su bosque no pueden dejar de seguirlos, observarlos e incluso fastidiarlos, pues es bien conocido por todos su carácter travieso.
En cambio a aquellos que adoramos la naturaleza y creemos en ellas, nos deleitan con sus danzas y sonrisas, nos ofrendan collares de frutos secos y piedras preciosas, coronas de flores y macedonia de fruta; aunque es cierto que ellas tampoco rechazan una ofrenda.
La próxima vez que vaya al bosque puede que pida a Laura, la artesana de Los Tesoros de la Ayalga, que me haga un par de coronas por si acaso.
que bonito....
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